miércoles, 12 de noviembre de 2008

Semana roja

La semana pasada era la Red Week. La semana roja, vamos. También se le llama la Reading Week, lo que da pistas sobre el significado de esos días.
En Guirilandia, por lo visto, acostumbran a tener una semana sin clase por cuatrimestre para asuntos propios. Se supone que es para leer (de ahí el “Reading”), estudiar, hacer trabajitos,… para hacer lo que no has hecho hasta ahora, se puede decir. Otra gente, más avispada, aprovecha para hacer alguna escapadita a su país de origen. También es cierto que no todas las facultades la tienen. Pero yo sí.
Teniendo en cuenta que para el jueves tenía que entregar mi propuesta para el Project, con 1.000 palabras en el idioma de Saquespeare/Sespir, pues no me venía nada mal. Eso sí, las clases de inglés del ELSIS y las de Francés no se perdonaban.

Tras hacerme el remolón por la mañana en la cama, el lunes por la tarde fui a mi cita semanal con el Academic Speaking. Era la 5ª semana, la última del curso, y nos iban a dar un diplomilla de asistencia. Algo es algo. Al entrar a la facultad, me crucé con la profesora por las escaleras. Ella bajaba y yo subía, lo que me hizo sospechar un poco. Al llegar a clase (en la 9ª planta, todo sea dicho), me encontré con un cartel en la puerta: “No ELSIS today”. Vaya mierda, sólo voy a esa clase y encima no hay. Qué mala suerte. Para matar el tiempo, me pasé por la biblioteca. Estuve unos 20 minutos mirando por encima algunos libros que me pudiesen ser útiles para el Project. Harto de hacerme el intelectual, me largué camino a mi residencia.

El martes tocaba el Francés. O lo que es lo mismo: tocaba madrugar. Mi voz algo tocada, mi cuerpo algo debilucho de nuevo véte a saber por qué y yo nos pusimos en pie y fuimos a clase. Con la excusa de la semana roja, la gente se había hecho el sueco/longui, con lo que solamente estábamos 5 en clase. No hicimos gran cosa, salvo que el profesor nos dijo que tendríamos un examen a la semana siguiente, y yo suficiente hice con sobrevivir a la clase, porque no me encontraba del todo bien.
Por la tarde, ya algo recuperado, me puse a empezar a escribir para el Project. Más vale tarde que nunca. Tras un par de horas pensando y escribiendo, y tras darle un montón de veces al “Contar palabras” del Word, decidí dejarlo cuando tenía unas 600 palabras. El miércoles lo terminaría.
Como recompensa a tanto esfuerzo, después estuve viendo el Liverpool-Atlético de Madrid en la tele. Y después, para rematar, 2 capítulos de CSI.

El miércoles continué con lo del Project, y por la tarde lo dí por terminado. 900 y pico palabras sobre cómo iba a enfocar el trabajo y con algunas referencias a autores/modelos sobre los que me voy a basar.
Por la noche, me leí el caso de Adolph Coors, que por lo visto es una empresa de cerveza. No la había escuchado en mi vida.

El jueves había quedado a las 10 con mi grupo de Strategic Management. Para el jueves siguiente teníamos que exponer una cosa, así que quedamos para repartirnos un poco el trabajo. Yo me encargaría, con Dirk (alemán, pero no Nowitzki) de ver las causas relativas a Procurement, en relación a las 2 compañías de cerveza que nos toca analizar. El viernes pondríamos todo nuevamente en común.
Esa misma mañana, imprimí las 4 hojas que había escrito del Project, y las dejé en el buzón correspondiente.

El viernes pusimos en común lo del caso de Adolph Coors, aunque no era mucho, la verdad. Tenemos las cifras, aunque nos falta ver por qué AC pierde competitividad a favor de la competencia. Ya hemos quedado de nuevo el jueves que viene, el mismo día de la presentación, para ver qué ponemos y qué explicamos finalmente.

Entre que no me encontraba muy bien y que no había un plan claro, no salí el viernes, ni a la postre el sábado. Por la noche, me refiero. El sábado por la tarde fui con José Alberto al supermercado Asda. Es uno muy grande que se supone que no está muy lejos de aquí, a unos 10-15 minutos andando. Quería ir más que nada por curiosidad, para saber donde estaba. Compré unas galletas y unas barritas de cereales, todo sea dicho. Y al salir… la maravillosa lluvia. Pa´ una vez que no me llevo paraguas, va y llueve. Suele pasar. Abrigao hasta los topes como iba, vinimos rapidillo, que no quería coger una pulmonía. Me calé, pero bueno, al llegar a mi habitación me cambié y como nuevo.

El domingo tampoco hice gran cosa. Ganduleando entre cama, la cocina y, sobre todo, el ordenador. Si no tengo ná que hacer, me planto delante, y entre el Marca, el Skype y demás, se pasa el tiempo volao.
Bueno, también estuve el viernes, sábado y domingo, por ratos, preparando un par de regalos/detalles a mi hermana, que el lunes 10 era su cumpleaños. Quizá no son gran cosa, pero bueno, menos da una piedra. Lo que importa es la intención :)

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