martes, 27 de enero de 2009

Supercalifragilística semana

El lunes amaneció sospechosamente nublao, como de costumbre, y con algo más frío que estos últimos días. Justo cuando salía por la puerta me di cuenta de que se me había olvidado el paraguas, pero decidí seguir mi camino ya que ya iba justo (pasado) de tiempo.
Clases normales, comida en la cantina, y las clases del inglés por la tarde. En la última clase de la mañana, empezaron a caer copillos de nieve, aunque no hacía el suficiente frío como para que reposara en las aceras. Sea como fuere, por la tarde cayó la de dios. Estaba en la clase y observaba el blanco elemento con una pequeña sonrisa, esperando que cayera con furia para que pudiese después coger nieve del suelo y tirarle alguna bola a alguien. O incluso a mi mismo. Pero casualidades de la vida, al acabar la clase ya sólo quedaba la lluvia, y como no llevaba la cámara de fotos encima, pues no hay una prueba de la nieve, con lo que os tendréis que fiar de mí.
Llegué a mi residencia y me tumbé un ratillo, que luego tocaba musical. Un super-cali-fragil-ísti-coespi-ali-doso musical. Tocaba ver a Mary Poppins, que en noviembre o así sacamos las entradas. Fui con un grupeto de Mill Point. Y la verdad es que estuvo gracioso y entretenido. Había un par de canciones que recordaba de la película, pero el resto apenas me sonaba. Me enteré decentemente de las conversaciones y de parte de las letras. Algo es algo. Eso sí, en el descanso dijeron que nos iban a hacer el cambiazo de un actor por otro, por cierto motivo que no llegué a enterarme. Mierda. Resulta que nos cambiaron a la niña: pasó de rubia a castaña. Me deducción es que lo mismo tenía algún examen o algo al día siguiente.
Al volver decidí que no tenía ganas de hacerme ná, ni siquiera un sándwich o algo medio hecho. A eso de las 11 pasé por el bareto que tengo aquí en la esquina y me compré una hamburguesa con patatas y coca-cola. Tipo McDonald, más pequeño, más cutre, más rollo indio, pero igual de bueno. Luego tocaría escribir un rato para mantener informados a mis lectores.

El martes, como no podía ser menos, francés. Después me tocó hacer unas gestiones. Pagué el 2º plazo de la residencia, que toca por estas fechas y la libra está barata, luego fui a ver si me hacían un justificante de haber pagado para ver si en España doy pena y me dan algunos euros, y para terminar fui al banco a cambiar un puñado de euros a libras. Todo ello amenizado con un frío sol.
Por la tarde, la clase correspondiente. Y luego estuve con el trabajo de marketing sobre el Santander. Son 4 apartados, y como mucho 15 páginas en total. Menos mal que no hay mínimo. Aún así, más o menos sé de lo que había a hablar en cada apartado, y me acercaré a ese máximo. Por hoy, una página.

El despertador quiso que el miércoles me levantara a las 10, como había acordado con él, pero como quiera que me había acostado a las 3 el día anterior, pues me levanté pasadas las 12. El resto de la mañana estuve en la lavandería, que entre el lavado y el secado, se me van una hora y media.
Por la tarde recibí un email de Host, la organización que lleva lo de pasar un fin de semana con una familia guiri. Me comentaron que me ofrecían pasar un par de días con una familia para el último fin de semana de marzo. Y venía con sorpresa: también irían una de Etiopía y un chino cudeiro. El encargado de esa zona me tomó por italiano, pero aclaradas las cosas, le pedí que me confirmara la fecha para aceptar definitivamente. Me respondió con que al final se tendría que hacer el fin de semana anterior. Me venía mejor la fecha original, pero aún así acepté.
Por cierto, llevo unos días en los que me ha dado por comer bastante fruta. Antes compraba kiwis y fresa de vez en cuando, pero ahora ya he hecho de plátanos e incluso naranjas mi postre. Bueno, a ser verdad, compré una naranja, porque aquí se compran por unidad. En el Lidl sí que venden fruta por kilos, pero no es plan de comprar un kilo, porque entonces tendría que tomar esa fruta para desayunar, comer y cenar para que no se echase a perder. A pesar de ese aporte vitamínico, las vejigas han hecho su aparición, aunque parece que esta vez no me van a dar guerra. ¡Ganaré!

A las 12 abrí un ojo y, y a los pocos segundos, el otro. Sí, era jueves. Tenía clase a la 1, así que no me dio tiempo para mucho. Leí el correo, y vi que lo del Host estaba oficialmente aceptado. Me dieron algunos datos de la familia, el nombre del pueblo y algunas recomendaciones.
Por la tarde, Hailey me invitó a pasarnos el balón de rugby un rato en el pasillo. Algunos golpeos con el pie siempre caen. Esta vez incluso en plan profesional con el tee y todo. Fueron unos minutillos. Simon decidió salir al piso de enfrente, en el que vive una mu amiga suya: si no está ella por aquí, Simon está allí. Como buen inglés, se fue con una taza (de té, presupongo). Cuando abrió la puerta para salir, a mi compañera de juego le dio por hacer la gracia y intentar darle. Evidentemente, falló. Simon se había escondido tras la esquina, pero volvió a aparecer y a estar en el punto de mira de Hailey, sin ella percatarse de ellos. Segundo pateo de balón y… ¡premio! Taza al suelo, y todos nosotros perplejos. No sé si por compasión ante Simon o por admiración ante semejante atino con el balón. Fin del juego sin grandes cabreos.
Para cenar, decidí añadir el Londis a mis clásicos voltios por el Tesco y el Lidl para ver si compro algo que merezca la pena, que me llame la atención, o simplemente que esté de oferta. Está también en los bajos de la residencia, al doblar la esquina por el otro lado, junto a la entrada principal a la residencia. Un inciso: recuerdo que yo entro destrangis por otra puerta, al estar ser mi bloque unos de los 3 marginados del resto. Vi la mercancía, y me decidí a comprar una merluza con patatas. Congelado, por supuesto. Lo nunca visto: comiendo pescado y tó. Impresionante. Cuando se lo cuente a mi madre le va a dar algo.
Por la noche, le escribí a la familia guiri para dar señales de vida y que me comentasen cosas sobre el mejor modo de ir allí, ya que el trasporte de Manchester al sitio es lo único que yo pago y en lo que me tengo que buscar la vida.

El viernes volví a eso de las 12. La libra se está depreciando ante el euro. Está por los suelos, si se compara con hace unos años o simplemente con septiembre. Aprovechando la coyuntura, decidí ir al Accommodation Office y realizar el 3er pago de la residencia. Habría que hacerlo en abril, pero bueno, voy a ser un poco pájaro y hacerlo ahora que la libra está barata. Espero que no baje más, porque si no me habré pasado de listo para convertirme en un tintín. Aún así, este último pago “sólo” es el 20% del total. También volví a pasarme por el banco para cambiar otro puñao de euros a libras.
Por la tarde, me contestó el hombre de la casa (de la familia guiri, se entiende). Me dijo que tocaría coger tren, haciendo un trasbordo, y el domingo para la vuelta tendría que hacer un trasbordo más, porque hay menos combinaciones. Pos vale. Situé el pueblo abejero (St Bees, que se llama) en el mapa con ayuda de nuestro amigo Google, y estuve mirando trenes por Internet para ver cómo y cuando ir y venir. Para la vuelta del domingo no ví nada. Les escribí otro email contándoles mis pequeños avances treneros y pidiéndoles algún consejillo, porque no lo veía claro.
Seguí con el trabajito que tengo entre manos. Hasta que no termino uno casi que no me pongo con otro, que no puedo hacer dos cosas a la vez. Una página más pá la saca. Creo que este ritmo no es malo, el de un página por día. Eso sí, creo que llegará el momento en el que tenga que escribir alguna que otra más. Pero para coger un ritmo y tal, no está mal.
Cuando terminaba de cenar, empezó una película. Era de Denzel Washington, trataba de venganza, y estaba ambientada en México. Me puse a verla un rato… y terminé viéndola enterita. Estuvo bien, la verdad. Con su mensaje de fondo.

El fin de semana se presentaba tranquilo. Sin salidas programadas y con trabajo por hacer. Lo del trabajo va a ser la tónica de las próximas semanas. Es lo que tiene, entre otras cosas, no haber hecho nada hasta Navidad.
Así las cosas, el sábado volví a levantarme a las mil. Compré unas cosillas, y comí a eso de las 4. Se me ha pegao poco el estilo inglés de comer sobre las 12. Ya es que ni sigo el español: me paso de hora y todo.
La tarde y la noche me cundieron. Un par de páginas escritas. Vamos progresando. A las 2, sonó el teléfono que tengo en la habitación. Alguna vez me han llamado mis padres o mi hermana, sobre todo al principio, pero el resto de veces han sido equivocaciones. Cogí el teléfono con un “Yep”, y me salió un tío cabreado diciendo que a ver si paraba el “fucking-fucking”, que estaba intentando dormir pero que no lo conseguía. Le dije que que más quisiera yo, que se había equivocado de número y habitación. Bueno, a ser verdad sólo de dije lo segundo. El tío siguió en sus trece, diciéndome que parase el tema. Por lo visto, curiosamente, en ese justo momento la pareja feliz decidió no hacer sufrir más a mi pobre amigo, con lo que me colgó. A ver si la próxima vez me llama justificadamente ;)

El domingo seguí con la rutina. Levantarme tarde, comer más tarde, y trabajar por ratos. Acabé la segunda parte del trabajitllo y dejé más o menos organizados los apartados que iba a usar en los 2 siguientes.
Por la tarde, volví a recibir un email de mi family. Me aclararon lo de la vuelta: no hay trenes directos desde St Bees a Manchester, ni siquiera con un trasbordo por ser domingo. Y además, la mujer había llamado por teléfono a la estación para informarme: por lo visto están reparando la línea o realizando operaciones de mantenimiento. Me comentó que le habían recomendado un plan para mí: primero ellos me llevarían en coche a otro pueblo cercano, y luego vendrían más trasbordos. No sólo en tren, sino que también cogería el autobús. Un poco jaleo, pero bueno, mejor estar informado de todo y estar preparado para el ajetreo de la vuelta. Me dijeron que me esperase a comprar los billetes un poco. Resulta que el chino cudeiro que va allí también está en Manchester, aunque todavía no han hablado con él. Probablemente quede con él para comprar los billetes juntos, que encima así nos puede salir más barato.

martes, 20 de enero de 2009

Semana 23añera

Martes. 13. Cumplí 23, pero no dejaba de ser martes, con lo que empecé bien tempranito mi día.
En francés cada vez somos menos. Se supone que sólo puedes faltar 3 días, o algo así me pareció entender, pero entonces habría gente que ya estaría en la lista negra. Sea como fuere, a los pocos que fuimos el profesor nos dio el examen de diciembre. Como comenté, no fue muy difícil, quizá también por ser español y por parecerse muchas palabras francesas a las nuestras. Un 84%, que viene a ser un 8´4, con lo que no me quejo.
Por la tarde, clase habitual. Aunque fue menos habitual de lo normal, porque al principio fue un tío para darnos consejos para prepararnos para los exámenes y cosas así. Después, para retomar el año y tener un día calentito, tocaba un hot chocolate y una tarta de chocolate con Sonia. Se empeñó en invitarte, que no todos los días se cumplen años.
Al volver a casa, compré vasos y platos de plástico, que se sumaron a un puñao de pizzas, patatas fritas, bebidas y unas cosas de picoteo pa la noche. Había dicho de quedar a las 8.30 aquí, para cenar y tomarnos algo. Entre los que se lo había dicho en persona y entre los pocos a los que se lo había dicho por Facebook, al final fuimos: Inma, Josema, José Alberto y Victor (si me sumo yo, completamos el quinteto murciano), Sonia, Flavio, Giacomo, Kate, Peter y Andreas. Teniendo en cuenta que tampoco viven cerca de aquí, y que estamos liadillos con trabajos y entregas, pos se agradece especialmente que vinieran.


De mis compis de piso no hubo casi ni rastro. Hailey estuvo al principio, pero no podía comer ni beber nada en todo el día debido a que tenía que hacer alguna extraña prueba (de las suyas, de nutrición). Sandrine al final tampoco estuvo presente, porque su amiga Caterina requirió sus servicios de amigo por algún motivo que todavía desconozco, pero que era importante. Y luego Simon, que digamos que es palomita suelta :)
A uno siempre le hace ilusión recibir regalos, y esta vez no iba a ser menos. Me regalaron una tarjetita mu “marrana”, el cd de Coldplay del penúltimo disco, un poster de los Beatles, el dvd de Pulp Fiction y una sudadera azul chula. Eso sí, la sudadera es para cuando engorde un poco o para cuando me haga rapero.
La verdad es que se pasó un buen rato, entre pizza y pizza, sándwiches, bebidas, música y buena compañía. No faltó la tarta (2 pequeñas) y las velas (“Happy Birthday”).
A eso de las 2, los invitados pusieron rumbo de vuelta. Y entonces fue cuando llegó el turno de la limpieza. Tampoco habíamos sido muchísimos como una fiesta normal de fin de semana, y eso también me ayudó a que no tardara mucho en dejar esto ordenao. Además, sonaba la música del portátil para amenizar el rato. Y luego, por si fuera poco, me acordé de que los martes suelen poner un partido de NBA en la tele, que para colmo vino a ser uno de Gasol y compañía. En el descanso del partido aproveché para responder las felicitaciones que me habían mandao por Facebook (los emails serían al día siguiente), y luego ya reenganché para ver ganar a los Lakers. Con la tontería, me vine a acostar casi a las 5.

El miércoles me levanté más allá de las 12. El día (la tarde, mejor dicho) la dediqué, básicamente, a retocar el trabajo que tenía que entregar el día siguiente. También contesté a los emails que me habían mandado felicitándome.
Y por cierto, notición. Ya tenemos la famosa leja en el frigo. Nos ha costao 4 meses, pero finalmente está aquí. Eso sí, la ha comprado Sandrine, que por lo visto tomó nota de la marca y de las medidas del frigo para agenciársela. La verdad es que se agradece, porque ahora vengo a tener el doble de espacio de antes y puedo tener más reservas alimentarias.

El jueves tocaba la primera entrega seria de un trabajo. Lo imprimí allí mismo en la facultad. A principio de curso nos dieron 1 £ de cortesía para imprimir. Lo curioso es que todavía me queda dinero, cuando la gente le ha metido un buen puñado de libras para imprimir apuntes. Ya lo imprimiré… Puse el trabajo en una fundita, con la correspondiente hoja-formulario para que quede registro de la entrega, y lo metí en los buzones específicos que hay para ello. Distintos buzones según el apellido.
Tras la clase matutina, llegó la vespertina. Al acabarla, me quedé un rato con Josema en la biblioteca, porque tenemos que hacer un trabajo de 2 empresas para el mes que viene, del que no teníamos ni las empresas elegidas. Si no cambia la cosa, lo haremos del Banco Santander (para aprovechar un Project que él tiene del año pasado) y de un banco japonés, que si no me equivoco era algo así como Mitsubishi Tokio Bank. Ya habrá tiempo de buscar información sobre él.

El viernes por la mañana volví a levantarme tarde y a no hacer nada productivo. Para comer abrí uno de esos sobres de pasta: Espaguetis a la piamontesa. Dudé entre hacer la mitad del sobre o hacerlo entero y guardar la mitad para el día siguiente. Me decanté por la segunda opción y lo hice todo. Empecé a tomármelos, y parecía que me iba a hinchar pronto, pero seguí comiendo. Llegué a la mitad del enorme plato, pero como quiera que estaba viendo snooker (parecido al billar, vamos) en la tele, continué sin pensarlo mucho. Ya quedaban pocos, y total, como no iban a ser suficientes como plato único para otro día, decidí terminármelos. Así que me metí 2 platos de espaguetis entre pecho y espalda. Eso sí, debo decir que hasta bien entrada la noche no me dio por cenar, porque estaba realmente hinchao.
Por la tarde me vine a dar cuenta de una cosa. Estaba hablando con mi hermana cuando le dije que le iba a hacer una visita al señor Roca. Lo pensé un poco, y caí en que aquí seguro que no iba el señor Roca ni Sir Rock el que me recibiera. Nunca me había fijado en la marca del váter. Acerqué mi vista y vi un nombre: PANDA. Aquí las rocas son pandas, curioso. Por cierto, para completar diré que la marca del lavabo es TRES. Estos ingleses…

También ayudé a mi hermana con una asignatura. Normalmente no le soy de mucha ayuda, porque aunque estudie lo mismo que yo (con un par de años de diferencia, que no somos ni gemelos ni mellizos) parece que estudiamos cosas distintas. O le dan la vuelta al temario, o he olvidado lo que me pregunta, como pasa en la gran mayoría de veces. Espero que lo que estoy diciendo no implique que se lo piensen dos veces antes de darme el título. Eso sí, hay un puñao de asignaturas que requieren de algunos cálculos que me gustan especialmente. No son de las asignaturas más difíciles, pero sí que me quedé bien con la copla y además me gustan los cálculos esos. Así que me pude sentir útil :)
Para no ser menos, también le dediqué una hora o así a leer y subrayar el libro que me puede servir de guía para el siguiente trabajo, que se entrega el 5 de febrero. Tres semanas por delante: mucho y poco a la vez.

El sábado me levanté a las 11.30, con lo que se puede decir que madrugué. Entre que me desperezaba y se hacía la hora de comer, hablé con el Skype con mi madre, mi abuela y mis primas lorquinas. Por la tarde ya empecé a escribir algo para el trabajo. Sólo fue una página, pero bueno, por algo se empieza.
Por la noche tocaba celebrar el cumpleaños de Flavio. Fue el miércoles, pero él prefirió posponerlo para el fin de semana. Yo prefiero algo que sea menos “fiesta” pero en el día original, como así fue en mi caso. Fueron más o menos los habituales los que nos pasamos por ahí sobre las 10. Era después de cenar, por lo que lo que reinaba eran las bebidas. Eso sí, se notó la presencia femenina de Mill Point, porque por ahí se vio algún que otro postre casero. A la vuelta acompañé a Patricia, sevillana que he mencionado como poco en un viaje a Chester que hice, y a las 3 llegué aquí.
Me acosté más tarde, porque me puse a indagar en el ordenador. Y no sé cómo, pero llegué a una noticia que me llamó especialmente la atención: Lorena Bernal había aparecido en un capítulo de CSI Miami. No me lo podía creer. Cuando la vi en el certamen de Miss España (1999, como refresqué) supe que iba a ganar de calle, como así fue. Me encantó. Vi por Youtube la parte del capítulo, y me gustó verla hablando en inglés. También es verdad que me hubiese gustado verla igual si hablase chino, o lo que fuera. Por lo visto me debí perder algún capítulo entre los que había visto en Murcia y los guiris que había visto aquí. Por cierto, que al año siguiente volví a acertar con la ganadora de las guapas. Aprovecho para decir una cosa que he pensado más de una vez: conozco a gente mucho más guapa que algunas de las que se presentan a guapa de España. En fin: se ve que no estoy mu ciego y no tengo mal gusto. Yo me pido una como ella :)

Siguiendo la racha madrugadora de los últimos días, ayer domingo abrí los ojos a la 1. La verdad es que no hice mucho relacionado con los trabajos, como debería haber hecho, pero bueno. Mientras comía, estuve viendo más snooker. No es como el billar típico de los baretos, que se juega a colar las lisas o las rayadas. Aquí hay un puñao de bolas rojas, una negra, una rosa, una azul, una amarilla, una marrón y una verde. Se trata de hacer combinaciones de bolas rojas con las otras de color, básicamente. Era la final del Masters de este deporte típicamente británico. En Eurosport ya había visto varios partidos y me había impresionado de cómo juegan los tíos. No sólo cuelan la bola, sino que digamos que se la ponen a huevo para estar en disposición de seguir colando más. Algunas tiradas son espectaculares. La cuestión es que el partido del mediodía continuó por la tarde y acabó por la noche. Y no me lo pude perder. La cosa estuvo igualada, pero jugaba el señor Ronnie O´Sullivan, que viene a ser el Maradona del snooker. Mago y genio jugando, pero particular fuera, lo que muchas veces le ha traicionado su juego. Como deseaba, este tío ganó en un final de infarto. Me gustaría tener una mesa de billar o snooker. ¿Alguien se anima y me compra una mesita? Y ya de paso, ¿una habitación o casa más grande para poder meterla? Hay queda dicho eso…

PD:
Sé que algunas entradas son un poco largas. De hecho, algunas veces lo pongo por partes. Aún así, entre examen y examen viene bien despejarse un rato, lees algo distinto y te distraes dejando un comentario ;)

martes, 13 de enero de 2009

lunes, 12 de enero de 2009

De vuelta a Manchester

Tras 3 semanas que se han pasado volando, toca volver a Manchester. Atrás dejo Murcia. Y el 2008. Y retomo el blog, que lo tenía abandonao.
No he hecho gran cosa esta Navidad. Dormir bien, comer mejor, trabajar poco, quedar con algunos amigos y amigas, ver a la familia, hacerme la foto de la orla,… Poco más. Eso sí, diría que me ha costao venir otra vez pa´ cá. En septiembre vine con muchas ganas, a la aventura. Tras la escapadita murciana de octubre, me costó más venirme. Y ahora más aún. De hecho, llevo 2-3 días como tó pre, tó ner. No sé, puede ser simplemente porque tengo que entregar bastantes trabajitos de los que apenas tengo algo, porque piense también en mañana (sí, es mi cumple), por lo que quedó atrás,… También me he traído cosas: ropa nueva cortesía de los Reyes Magos, latas y sobres de comidita, palabras nuevas, e incluso un regalo por mi cumpleaños que ya está colgado en el corcho de mi habitación. Especialmente pensativo he estado, sí.

Llegué el sábado. Esta vez el equipaje que facturaba y el de mano no se pasaron de peso. Olé. Me sobró medio kilo en total. Vamos, que lo intento aposta y no me acerco tanto al peso máximo. En el avión coincidí otra vez con Josema. Sorprendentemente, el vuelo de Bmibaby salió a su hora, y llegó JIT, como se suele decir. Perdí de vista a Josema, que se las piró porque sólo llevaba equipaje de mano, y cogí mi autobús, que no podía faltar a la costumbre. Tras los 45-50 minutos del trayecto, mis maletones y yo nos bajamos del autobús. Vaya recibimiento más frío. Un frío de cojones, y eso que en Murcia había hecho un frío exagerao los últimos días. Y mi habitación… helá que estaba. Como se nota que no había estado aquí con la calefacción puesta todo el día. También ví a mis flatmates. A Hailey le ofrecí un poco de tortilla de patatas que había hecho mi madre y, lógicamente, le gustó. Por cierto, a Sandrine le perdieron la maleta, vaya putada.
Llegué con dolor de cabeza y malestar general, así que me acosté pronto con 2 capas de pijama, por si las moscas.

El domingo me levanté nuevo. Totalmente descansado. Me tocó hacer algunas compras, que había dejado pocas cosas aquí. Y encima el congelador, por lo visto (me lo dijo Simon), se descongeló, así que lo poco que tenía ahí tuve que tirarlo.
Por cierto, aquí va una lista de gente que me ha dicho que le gustaría venir y el porcentaje que yo le doy de que realmente se cumpla de aquí a mayo/junio, no porque no quiera que vengan, sino por la más o menos posibilidad de que se rajen finalmente:
- Papá: A ver si me dices una fecha ya y te dejas de historias. No dudo que vengas, que el Manchester nos está esperando ;) 96 %
- Mamá: Tú te apuntas más fácilmente a estas cosas, y te puedes escapar más fácilmente. 99 %
- Sister: ¿¿Otra vez?? :) 80 %
- Gemi y Pequi (Gema/Cordera y Luisa/Peque): Os pongo juntas, en un lote, aunque veo más fácil que vengas tú, Gemi. 60 % (Tú sola, un 65 %)
- Guillermo + Elena, Clara??: Ya sabes, Paco, que o te animas tú sólo, o al final pasará que entre unas cosas y otras… Jeje. Ahí va un generoso 70 %
- Irene + Laura, Jesús??: Sé que tú te mueves y me has dicho varias veces de venir por aquí. 82 %
- Belén: Aprovechando tus prácticas guiris, si no han cambiado las cosas y al final ambos podemos, nos veremos los caretos por aquí. 88 %
Espero borraros de la lista negra :D

Hoy lunes apenas he hecho nada. He tenido una clase, porque una tutoría no había esta semana y otra tutoría era para posibles dudas del trabajo que tenemos que entregar este jueves, así que pronto he vuelto a la residencia. He comido, y de vuelta al curso de inglés, que se supone que era Writing o algo así. Y digo se supone, porque he ido allí para nada: un letrero en la puerta decía que no había clase por enfermedad. Como jode ir pa´ ná, teniendo en cuenta que en el sólo hecho de ir y volver invierto (malgasto) una hora de mi tiempo, aproximadamente.
Aún así, no me ha venido mal, porque el resto de la tarde he estado retocando dicho trabajito que se entrega este jueves. Ya prácticamente lo doy por terminado.
Por cierto, esta mañana he visto a Inma, Josema y los italianos, y hemos hablado de nuestro cumpleaños: el mío (mañana) y el de Flavio (pasado mañana). Hemos quedado en que mañana cenan en mi piso y nos tomamos algo, así en plan tranquilo, que estamos liadillos con las entregas de trabajos. A algunos que no he visto aún han recibido mi invitación por Facebook, aunque mañana los veré en clase y se lo comentaré, por si pueden/quieren venir.

Mañana (en apenas un par de horas): Martes y 13. Pedazo de día. 23 años. Como pasa el tiempo…

PD:
Adiós, patitos.