martes, 23 de diciembre de 2008

Vuelta a casa por Navidad

La última semana del año 2008 por Manchester comenzó con las típicas clases matutinas. Acompañado con Inma, fui a ver al profesor de Marketing Financial Services. Resulta que tenemos que entregar un trabajo el 5 de febrero, con 4 apartados, sobre la compra de un banco guiri por parte de nuestro Banco Santander. En parte jugamos con ventaja al supuestamente conocer dicho banco , del que podemos buscar información también en español. No teníamos muy claro cómo enfocar las 2 primeras preguntas, y para eso fuimos a su despacho. El tío más o menos nos dijo las ideas muy básicas que debíamos desarrollar en nuestro trabajo, así que se puede decir que la visita fui fructífera.
Fui por enésima vez al Barclays, para ver si de una puñetera vez era capaz de tener tarjeta y pin en mi poder. Pero no. Me dijeron que tendría que esperar unos 4-5 días para recibirlo por carta. Mucho me temía que ya lo vería a la vuelta de vacaciones...
Por la tarde me estuve leyendo los 2 temas de francés de los que me iba a examinar al día siguiente: uno sobre comidas y alimentos, y el otro sobre cómo dar las direcciones. No era mucho, así que yo creo que no llegué a las 2 horas en total ni de lejos.

El martes ya tocaba el examen de francés, el primer examen “serio” desde que estaba en Guirilandia. Empezamos con el típico Listening en gabacho. Conforme iba escuchando cosillas, las iba anotando en lápiz, que luego las pasaría a boli. Las anotaba en francés, por supuesto, aunque algunas respuestas escapaban a mi conocimiento. Cuando iba a pasar las respuestas definitivas a bolígrafo, me dio por leer el enunciado. Sí, de vez en cuando leo el enunciado de lo que se pide en los exámenes. Es una manía que tengo. Y cual fue mi sorpresa cuando leo que las respuestas tendrían que escribirse de forma completa (con sujeto, verbo y predicado) y... in Inglis pitinglis. Juas. Yo que tenía mis respuestas en francés y todo, y tenía pensado intentar lucirme intentando adivinar algunos verbos y su conjugación... Me puse a traducir las cosas al inglés, y como me suponía, algunas palabras no sabía traducirlas o no me acordaba en ese momento. Así que, ni ancho ni corto, las dejé en francés.
El resto del examen consistió en unas preguntas sobre un texto, a contestar en inglés; poner palabras en orden para formar una frase, que sorprendentemente estaban en francés; poner las preposiciones adecuadas, también en francés; y finalmente traducir unas preguntas del inglés al francés. Vamos, en resumidas cuentas el examen fue asequible, más en inglés que en francés, y con mis lapsus entre idiomas. Media asignatura quitá de en medio.
Por la tarde, tras la clase y tutoría, me dí una vuelta por el centro comercial del centro, que tenía un encarguillo de mi hermana.

Miércoles 17. Ya 3 meses por aquí. Esto pasa volao, para bien o para mal :) Como cualquier miércoles, prácticamente, por la mañana no hice otra cosa que dormir. Por la tarde, mientras estaba con el ordenador, escuché como unos golpes de balón en mi puerta. Una y otra vez. Venían del pasillo, y creía que eran de Hailey, porque Sandrine estaba estudiando para su examen de alemán y Simon no había dado señales de vida durante el día. ¿Estaría jugando al fútbol? Mi intriga y yo abrimos la puerta, y vi un balón, pero de rugby. Ella está en un equipo de rugby femenino, y por lo visto estaba practicando el golpeo de balón en el pasillo. De lo más normal. Me uní a la causa, y allí que estuvimos unos minutos en el pasillo, entre golpeos de balón e intentos de pasar la pelota ovalada. No he jugado nunca al rubgy, ni lo haré, porque mi físico digamos que no es el más adecuado, pero aún así fui capaz de enseñarle cómo creía que se debía pasar el balón. En ese rato le pilló un poco el truquillo, y al final del entrenamiento las mejoras se hacían patentes.
Por la tarde hablé con Sonia, y me dijo que era probable que fuesen a cenar a un italiano por la noche. Así fue. Quedé con ellos en el centro, y a un italiano que fuimos Sonia, Flavio, Giacomo, Katherine, Shin, Inma y yo. Mi tradicional pizza prosciutto no me la quita nadie. Curiosa (por decir algo, vamos) fue la conversación de si creíamos en los fantasmas y las experiencias de algunos de ellos. Que tengan cuidao, que yo me cago enseguida.

El jueves tampoco tenía clase, y dormir que tocaba. Por la tarde estuve un rato sacando unas ideas de un libro para el Project, que los libros no me los voy iba llevar a Murcia y eso me podía servir para trabajar sobre ello en Espein.
Teníamos pensao, a sugerencia mía, ir a cenar a la calle y/o hacer algo todos juntos; me refiero a los 4 del piso, más la hermana de Sandrine que también estaba allí de paso. Entre los horarios e historias de unos y otros, no hemos compartido excesivos momentos los 4 juntos, y eso es algo que se podría mejorar. Al final, la idea de cenar se desechó por la escasez de liquidez de Sandrine, con lo que quedaba la opción de hacer “algo”. Hailey comentó que había una pista para patinar sobre hielo por el centro, y que podría estar bien ir. Simon fue la primera baja, porque por lo visto, aparte de que estudia Fashion y no le tira nada el deporte, sus rodillas sufren algún tipo de problema cuando hace alguna actividad física más allá de la rutinaria. Las gemelas también se rajaron, diciendo que no tenían dinero ni ganas. Lo primero se lo podíamos prestar; lo segundo no. Nos habíamos hecho la idea de salir a hacer algo, así que pese a las bajas, Hailey y yo nos fuimos para el centro.
Me enseñó la tienda de alimentación sana donde trabaja, y pasamos por el mercado navideño, al lado del ayuntamiento.
Llegamos a la pista de hielo, nos enfundamos las botas previo pago de un puñao de libras, y nos pusimos a “patinar” durante una hora. Hailey se creía que era un patoso y que me iba a caer a la primera de cambio, y aunque ni mucho menos soy un virtuoso, me mantenía en pie y conseguía avanzar, que no era poco. Eso si, no pude evitar caerme una vez, todo sea dicho. Ella tenía más soltura y se movía con más facilidad. Estuvo bastante bien, la verdad. Mereció la pena.

El viernes ya tocaba volver a casa por Navidad, como el turrón. Me levanté a las 10 y me puse a pensar qué iba a meter en la maleta y qué no. Mientras tanto, intenté grabar las fotos y otros archivos en un dvd, pero se ve que mi portátil no admite semejante compleja operación de grabar un dvd. Ni siquiera con unos dvds que compré en los paquistanis (los chinos de aquí) pude grabar algo. Me tocó pasar todo a medias entre un par de pen drive y el mini-pc, al que llamaré a partir de ahora Pocoyó.
Tras dudar qué maletas traerme, y qué ropa y cosas meter, conseguí decidirme a dar por finalizada la tarea y cerrar las 2 maletas. Una de equipaje de mano y otra para facturar.
El vuelo salía a las 15:55, y quería estar 2 horas antes allí, aunque al final llegué algo más tarde, y “sólo” con hora y media de adelanto para facturar, ver la puerta de embarque y esas cosas.
Allí me encontré con 3 chicas de Alicante, y una de ellas se puede decir que la conocía porque iba conmigo a francés, aunque no habíamos pasao mucho más allá del hola y adiós. Comprobamos los billetes, y vimos que cada uno estaba en una punta. Mi punta estaba al principio, en la fila 2.
En el avión, y como siempre, nada más entrar estaban los de la clase Business, y luego el resto. Creía que mi asiento en la fila 2 estaría justo tras la clase guay, pero cuando me vine a dar cuenta, vi que me tocaría sentarme en clase Business. No había pagado más por el billete ni nada, pero se ve que ya me consideran un International Business-man. No gocé de grandes lujos, ni mucho menos, pero sí que podía estar más ancho y podía estirar las piernas ampliamente.
El vuelo debía durar 3 horas, pero previsiblemente por las corrientes de aire y los aires a favor, iba a durar unos 40 minutos menos. Mejor. El viaje se pasó rápido, y aproveché para pegar una cabezadica. Cuando quise ir al servicio, justo un tío entró antes que yo. Esperé 1 minuto, 2, 3, 4, 5,... un par de personas se unieron a mí en la cola, pero el tío no salía. Al final, yo diría que a los 10 minutos, el apurado hombre salío con un “Sorry” y una evidente cara de alivio.
Ya en Alicante, cogí mi maleta y fui a la sala de llegadas, donde me estaba esperando mi padre. Coche y en hora una ya en Murcia. En la puerta de mi casa me esperaba un letrero hecho por mi hermana en el que decía: “Pajaroto: bienvenido a casa por Navidad”. Estaré 3 semanas por aquí, hasta el 10 de enero.

Me voy a tomar unas ligeras vacaciones en cuanto a poner al día el blog e informar de lo que voy haciendo.

Feliz Navidad y que empecéis con buen pie el año 2009.

Juanmi.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido autor de "El Rincón de Juanmi", llevas unos cuantos días por tu tierra, y, según estoy viendo, no estás muy animado a escribir... ¿Es que sólo puedes escribir cuando estás fuera? Estoy esperando a que escribas algo "asiesque" alejop! Ponte manos a la obra! ;-)

Bueno Feliz Año a todos los que lean esto!