domingo, 28 de septiembre de 2008

Mis primeras impresiones (I)

Tras arduas tareas por meter todo lo que tenía pensado en la maleta y en el equipaje de mano, Alicante me espera para embarcar.
Mi sobrepeso, como se sabe, salta a la vista, con lo que la azafata se empeña en cobrarme un generoso extra que mi padre se ofrece a pagar. Se ve que mis sudores para intentar rebajar los kilos junto a mi sister dan sus pequeños frutos y los euros por sobrepeso disminuyen.
Destino: Manchester. Puntualidad: española. Una larga y aburrida espera dan paso, por fin, al vuelo. Mucho guiri por todos lados y una fría noche que me aguarda.
A eso de las 1:15 de la noche, si no recuerdo mal, llego a la ciudad de Cristiano Ronaldo, que como todos sabemos es lo más importante de la ciudad (más si cabe que el propio club).
Parece que todos los euro-libras que me he dejado (bueno, mis padres) antes ya incluso de salir de Murcia dan resultado, y como detalle de la Manchester Metropolitan University (en adelante, MMU), me pillo un taxi gratis por mi cara bonita (by my beautiful face) que me lleva a mi residencia: Wilmslow Park. Por lo que sé hasta ahora, está a tomar por cu…, perdón, Cuenca del centro y de mi facultad, aunque para mi consuelo tiene un precioso parque al lado y un Lidl justo debajo. Vamos, que como veis, no me puedo quejar.

Mi habitación me recibe con gran cariño ya bien entrada la noche, sobre las 2, tras estar un buen ratillo (5 minutos) en la recepción buscando mi nombre. Piso con 4 habitaciones y sus respectivos cuartos de baño, con un salón-comedor-cocina compartido por los mismos. No es muy grande la habitación, pero da juego al tener un armario y varias lejas con cajones. El cuarto de baño lo hubiera puesto más grande, porque pa´ ducharme, si me apuras, tengo que hacer malabares pa´ no caerme por el retrete. Y como se esperaba, sin ná de ná. Las perchas, flexo, almohada, mantitas pa´ los frioleros españoles como yo, papel higiénico pa´… eso,… ni rastro. Eso sí, tengo cama, mesa y silla, y un coladero pa´ hacer mis necesidades. Por su parte, el salón-comedor-cocina-todo-lo-que-quieras-más me ha sorprendido gratamente. “Sólo” se comparte entre 4, y tiene frigo con nevera, microondas, televisión con 5 canales, un chisme que calienta agua para el té (de esto me he enterado hoy), un horno y algo que creo que es para cocer cosas. Se acompaña de aspiradora, tabla de planchar (de momento, sin la plancha), fregona sin mocho hasta hoy y poco más. Todo un mundo de herramientas del que conozco su resultado pero no su aplicación, algo que trataré de solucionar durante mi estancia en Manchester.
Sé que tengo un compañero de piso ya durmiendo cuando llego, ya que su puerta está cerrada y hay algo suyo en el frigo. Qué inteligente soy.
Tras vaciar mi equipaje y colocarlo más o menos decentemente en el armario, me cojo mi super saco de dormir modelo Gusilú, y me dispongo a dormir hasta las 7:15, que a las 8 empezaba lo del Orientation (3 días en los que nos enseñarán cosas de aquí y nos dan de comer, algo importante a estas alturas). Así que, dormiré unas 4 horas pelás. Cómo mola.


Hace rasca por la noche, porque no consigo enchufar un radiador que tengo en mi rum. Puntual cual guiri estoy en la entrada a las 8, que se supone que viene un autobús a recogernos a todos los tontos estudiantes como yo. Mucho chino y china, 3 canadienses, una iraní, otro español y yo esperamos hasta casi las 9. Nuevamente: puntualidad inglesa. Como todo el mundo recomienda estando fuera, mis primeras palabras se dirigen en español a un español, ya que se le notaba un montón su procedencia únicamente por la cara y su vestimenta, con el que sería casi mi sombra las primeras horas.
Una vez en el destino (una facultad de la MMU, no sé cuál pero no la mía), nos entregan una acreditación y desayunamos. Yo no mucho, que me sienta mal. Después vienen muchas charlas: de algún carguillo de la universidad, de voluntarios (todos chinos-malayos o de dónde quiera dios que sea, cuanto menos curioso), del sindicato de estudiantes, de cómo practicar deporte,… Comida, y casi más de lo mismo, amenizado con todo tipo de folletos que ofrecen y no rechazo. Todo pa´ la saca.
Tras darnos un té que más bien se asemejaba a una merienda (minisanwich con zumo y bizcochos), los voluntarios nos llevan al centro-ciudad. Nos muestran las 4 cosas más importantes: Correos, un todo-a-1-libra, un Primark,… vamos, lo típico. Y tiempo libre. Éste no es muy fructuoso para mí, ya que no compro una mierda, como aquel que dice. Primeras charlas guiris con Cánada, Italia, Bélgica y Alemania, entre otros. Vuelta a la residencia.

Sorpresa. En el salón me encuentro a una tía. Estaba casi convencido de que me tocaría con tíos, aunque nunca se descarta la otra opción. Es inglesa y estudia algo cerca de aquí de lo que no me he enterado. Ahora mismo no recuerdo ni su nombre… pa´ matarme. Parece simpática. Gracias a ella ya sé enchufar el radiador de mi habitación (sólo había que darle a un botón, todo sea dicho).
Me doy cuenta de que mi habitación-piso, que está en el bloque M, tiene una entrada y salida casi propia, por detrás de la entrada principal y que no conecta con el hall. Vaya caca de la vaca. Para comprobarlo, salgo por la puerta y le doy la vuelta a la manzana (a la residencia, vamos), y ya que estoy, entro al Lidl para una primera aproximación. No es para comprar nada, sólo para ver el material, los precios y reirme de las cosas que tendré que comprar para que mi estómago no sufra mucho. Pero lo de la lista de la compra ya será otro día.


PD:
Hasta el lunes 22 no tengo Internet en mi habitación, así que esta entrada no la podré publicar hasta entonces. Son ya las 22:50 y aquí el servidor se acuesta ya, que estoy reventao. Mañana toca casi más de lo mismo y también algo de deporte, y por lo visto iremos a tomar algo o a bailar, aunque lo sigo sin pillar porque vamos a ir muy monos y atractivos con nuestros sudores y ropa de deporte. Ya contaré. Voy a curarme mis lunares convertidos en cicatrices y pa´ la cama (saco), que mañana a las 8:30 sonará el despertador. Buenas noches.

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