domingo, 8 de marzo de 2009

2ª Red Week = 2ª visita

El lunes fuimos tempranito a la estación de autobús: los Beatles nos esperaban con los brazos abiertos. Al llegar, visita obligada por un par de centros comerciales y sus correspondientes tiendecitas de ropa y cosas varias. Sigo sin entender por qué no tienen en cuenta al sexo masculino y ponen sillas, bancos o incluso sofás en las tiendas. En fin, creo que eso es una batalla perdida.
Tras hacernos una foto con John Lennon y ver The Cavern, me vengué y me compré una sudadera de los 4 de Liverpool. Incluso me compré un par de zapatillas: 35 libras las 2, lo nunca visto.

Fuimos a la zona del puerto, que se llama Albert Dock. Teníamos pensado comer al ver aquello, pero vimos el museo de los Beatles y allí que entramos. Nos pusieron unos cascos en los que nos iban contando historietas (en español) de ellos, mientras íbamos viendo distintas salas con distinto material. Al final nos esperaba el “Imagine” y su blanco piano. Interesante.
Comimos en un restaurante que estaba justo al lado, y después fuimos al barrio chino (algo más grande que el de Manchester, que no es ná) y a la catedral. A media tarde nos tomamos un par de hot chocolate, para no faltar a la costumbre, y a las 6:30 cogimos el autobús de vuelta. Cuando nos quisimos dar cuenta, ya estábamos aquí.
Por la noche le estuve echando un vistazo al libro de francés, porque al día siguiente tenía un examen. Valía un 5%, así que tampoco me preocupaba mucho.

Tocó examen de gabacho el martes tempranito. Me salió mejor de lo esperado, como casi siempre. A ver si al final va a ser verdad que tampoco sabía tan poco. Tras la clase, quedé en el centro con mi madre. Ella había hecho uso de su bonobús semanal y se había dado una vuelta por las tiendas, aunque por lo visto tampoco le dio tiempo a ver mucho.
El plan era ir a Salford. Mi madre, antes de venir, había visto una foto que se supone que era de Manchester que le había gustao, con un río o algo así. Yo le había dicho que eso no era Manchester, que en todo caso sería a las afueras. Así que fuimos a la oficina de información y allí se confirmaron mis sospechas: se trataba de Salford, que quedaba a unos 15 minutos en tranvía. Antes de poner rumbo pa yá, nos quedamos un rato por el centro. Aquí a una noria, a imitación de la de Londres. Es más pequeñita, y mi madre insistió en montarnos. Yo accedí. Eso sí, menudo giñe pasé cuando nuestra cabina empezó a subir. Joder, miraba pa´bajo y me daba un vértigo que no veas. He estao en bichos más altos (la Torre Eiffel es así lo primero que me viene a la cabeza), pero nunca me había dado vértigo ná.
Pos para todo hay una primera vez. Estuvimos haciendo unas cuantas fotos, y a los 10 minutos o así nos tocó bajarnos.
Entonces pusimos rumbo a mi facultad, que no quedaba lejos de allí. Le enseñé un poco aquello: la cantina, unos cuantos pasillos, y un par de clases. Tampoco nada del otro mundo, pero es dónde me toca pringar, así que es importante.
Nos montamos en el tranvía. Llegamos a Salford, y allí que vimos el edificio que mi madre había visto por Internet. Tampoco era pa tanto, pero tenía mucho interés en verlo. Nos hicimos unas cuantas fotos por la zona (se veía el estado del Manchester United, que queda por allí), entramos brevemente a un museo que había por ahí, y fuimos a otro centro comercial. Allí vimos (vio) alguna tienda que otra, y comimos un poco allí mismo en un turco. Al rato, rumbo de vuelta. Entramos al Arndale en busca de tiendas y puestecitos. Sobre las 6, comí-cené de verdad: un Big Mac. En el turco no había comido casi, que no tenía hambre.
Volvimos a la residencia, y luego ya cenamos. Después, nos dimos una vuelta por la Curry Mile, que es la zona india que está aquí debajo de mi residencia. Estuvimos viendo los restaurantes rollo indio, unos llenos y otros vacíos, y cuando nos cansamos dimos media vuelta.

El miércoles fuimos nuevamente al centro, a darnos una última vuelta y de compras. Medio comimos, y pusimos rumbo al aeropuerto. La visita de mi madre llegaba a su fin. ¿La siguiente visita? Bueno, en una semana viene mi padre :) (No me libro de uno y viene el otro, jeje)
El resto de la tarde no hice prácticamente nada, salvo descansar y estar por aquí ganduleando.

El jueves teníamos la entrega del trabajo de IBE. Quedé con José Alberto a las 10, porque teníamos que terminar de imprimir 3 páginas y encuadernar el trabajo, así que fuimos a una facultad de aquí al lado para hacer eso. Después, pusimos rumbo a la nuestra facultad, donde entregamos el trabajo en el buzón correspondiente, acompañado de un cd con el archivo en formato Word, que creo que así la tía después se apunta las palabras totales del trabajo. Nos quedó bastante decente el trabajo.
Comí, y por la tarde, a dormir. Llevaba unos días de aquí para allá, así que me ¿merecía? descansar. Mientras yo creo que soñaba y tó, llamaron a la puerta. Era Hailey, para ver si me iba con ella a la lavandería, que tenía que ir, y como al lado hay un billar, para ver si me animaba a jugar. Por supuesto que sí.
Cené, y me puse con el siguiente trabajo: el de Wal-Mart. La entrega era el jueves siguiente, así que tenía una semana para hacerlo. Eran unas 3.000 palabras más o menos (unas 8 páginas), y teníamos que desarrollar 4 preguntas.

Mi fin de semana de 3 días comenzó a las 10:30 del viernes, que fue cuando me levanté. Me puse con la primera pregunta de Wal-Mart. Después de comer me acosté a descansar (a descansar de qué, que dirán algunos). Y luego me porté como todo un campeón, yendo al gimnasio un rato, que pagué un pastón en septiembre y a veces me da remordimiento y me digno a ir. Por la noche seguí con lo de Wal-Mart, que es lo que toca.

El sábado no cambió mucho el panorama. Levantarme antes de las 12 y pasar a hacer la segunda pregunta del caso. Comer y dormir, para no faltar a la costumbre. Y tras la cena, que es cuando más rindo, más Wal-Mart.
Y el domingo… más de lo mismo. Esto de los trabajitos es un asco. Prefiero mil veces hacer exámenes, o trabajos en español, jeje. Que a veces te atrancas para poner alguna cosa y no veas. Eso sí, se nota que este es el cuarto trabajo: todo sale más fluido y ya no escribo algo en español y luego lo traduzco, sino que me pongo a darle a las teclas directamente en inglés, y a ver lo que sale. Y cada poco dándole a “Contar palabras”, a ver si se acerca al número que hay que llegar.
Por la tarde seguí con mi amiga Wal-Mart, versión tercera pregunta. Cierto es que los sábados y domingos en lo que pringo, tampoco es que me tire todo el día trabajando. Siempre estoy con el Marca, viendo resultados de deporte y cosas así, con lo que claro, me entretengo más que un tonto y luego a lo mejor sólo he estado un par de horas de verdad intentando hacer algo de verdadero provecho. Pero lo primero es lo primero (estar informado del deporte, por supuesto). Por las noches, generalmente, es cuando remonto y realmente hago cosas.

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