sábado, 20 de junio de 2009

Vuelta a Manchester y 4ª visita

Tras un largo retraso, aquí estoy de vuelta. Voy a poner al día el blog, el cual he tenido totalmente abandonado estas últimas semanas.

Tras el concierto de Riki López, quedar con los amigos, ver a la familia, gandulear un poco, empezar a ir haciendo esquemillas pa los exámenes venideros y la comunión de mi prima Rocío, esto es, tras pasar un mes en Murcia con la excusa de las vacaciones de la Semana Santa, el lunes 27 de Mayo tocaba volver a Manchester. Madrugón bien temprano, mi madre me da una tortilla (se ha convertido en un ritual) y pa Alicante, que el avión me espera.
El recibimiento en Manchester, al mediodía, fue frío, como siempre: 9 grados. Tras colocar un poco la ropa y los bártulos, un descansillo en mi cama no vino mal.
En el salón me sorprendió una cosa. Todo el suelo estaba lleno de globos. No sabía si había habido algún cumpleaños, alguna fiesta o alguna celebración en (por) mi ausencia. Hailey me aclaró las dudas: era porque sí, por nada en concreto. Más sorprendente aún si cabe.
Por la noche estuve leyendo alguna cosilla, que el primer examen era a la semana siguiente.

El martes volví a coger el autobús rumbo a mi facultad. Ya no había clases ni nada, pero fui a recoger el trabajo de Strategic Management, asignatura de la que era el primer examen, el cual no tenía aún en mis manos. Justo antes de las vacaciones, fui uno de los agraciados con únicamente el resguardo con la nota del trabajo, pero no el trabajo en sí, que fue a parar a un examinador externo o algo así. Destacable fue el autobusero. Un negro (esto no era lo sorprendente) que no paraba de decir a los bajaban del autobús un “Have a good day”. O es el tío más simpático del mundo o le había tocado la lotería o algo así. O ambas cosas. A mi me sacó una sonrisa, cuanto menos.
A las 12 ya estaba de vuelta. Antes de comer estuve haciendo cosillas, y tras comer tortilla made in mi madre, también. Por la tarde también ví un poco el Barça-Chelsea, aunque no hubo mucho que ver, porque quedaron 0-0.

El miércoles fue más de lo mismo. Toca estudiar, hacer resúmenes, esquemas,... Eso sí, le dedico más tiempo a escribir que a estudiar. Ya que el examen es de desarrollo y, no olvidemos, en inglés, pos todo lo que se escriba se puede ir reteniendo. Para evitar posibles faltas e intentar quedarme con las palabras clave.
Fui al gimnasio, cosa que a estas alturas cabe mencionar, dada mi escasa asistencia al mismo.

El jueves trajo una novedad. Mi padre venía, e iba a estar 3 días, hasta el domingo. Por la mañana hablé con mi hermana por el Skype, costumbre casi diaria en estos meses erasmuseros. Gran invento éste del Skype. Estuve haciendo cosillas a lo largo del día, hasta que a última hora de la tarde cogí el autobús rumbo al aeropuerto. ¿Qué traía debajo del brazo? A estas alturas sobra decirlo: otra tortilla. Al llegar aquí de vuelta, cenamos (tortilla, claro) y luego nos acostamos temprano, a eso de las 12, que ambos estábamos reventados.

Bien tempranito se abrieron mis ojos el viernes. Aquí, en Guirilandia, la industria de las persianas no existe. Así que claro, cuando amanece, pues ya van entrando los rayitos de sol. Es cierto que aquí el sol no es el nuestro de España, pero aún así, entra luz. Tengo una cortina que la intento poner bien todas las noches para no dejar ni un hueco por dónde entre la luz. Pero aún así entra. Otro tema del que también se podría hablar es el de los grifos. Aquí tienen un grifo de agua fría y otro de agua caliente, distintos. Así que si quieres agua templada o normal, te toca ir pasando la mano de un grifo a otro para no congelarte o no quemarte la mano. Estos guiris… También ayudaron los ronquidos de mi padre, que por lo visto no se le habían quitado desde su última visita.
A las 9:30 mi padre cogió su autobús y se fue para el centro. Yo me levanté a las 10, y estuve estudiando por la mañana. A mi padre le encanta eso de irse por ahí y perderse, patearse la ciudad. Así que por él encantao de ir solo por ahí. A las 2 quedé con él en Picadilly Garden. Estaba lloviendo, así que me lleve 2 paraguas (pa dejarle a él 1 después). Fuimos a comer a un Fish and Chips. Lo dejé para que siguiera con su turné por ahí, y yo me vine a mi residencia pa ver si hacía algo de provecho. A las 8 y pico volvió, cenamos y luego estuvimos por aquí.

El sábado me levanté más bien que ná. Dormí de lujo. Mi padre atendió mis quejas e intentó dormir en posición fetal, que por lo visto así no se ronca o se ronca menos. No sé si fue eso o es que realmente no durmió ná y estaba despierto, pero la cuestión es que yo no escuche ná. Mi padre se fue a Trafford Centre, algo tipo la Nueva Condomina, a la que por cierto yo todavía no había ido. Volvió sobre las 2. Para comer: pasta y tortilla, buena mezcla. Por la tarde se dio otra pequeña vuelta.
Vino temprano, porque luego teníamos cita con un Real Madrid-Barça, nada más y nada menos. A través de Justin.tv encontré un canal en el que empezamos a ver el partido, el cual vimos con una calidad como nunca antes había visto ningún partido. El partido empezó bien pal Madrid, pero al final fue un auténtico paseo del Barça: 2-6. La liga ya decidida, por si había alguna duda.
Tras cenar una pizza, mi padre se dio otra vueltecita, mientras yo aprovechaba para mirarme alguna cosilla del examen. Última noche de su corta estancia.

El domingo nos pusimos sobre las 9 y pico arriba. De nuevo con ronquidos, jeje. Desayunamos y preparamos la maleta, aunque era pequeña y no nos llevó muchos minutos. Cogimos el autobús sobre las 11, algo más tarde de lo previsto y deseado. Las 2 veces que mi padre ha venido y que hemos querido coger el autobús para ir al aeropuerto, éste ha pasado más tarde de lo que marcaba su horario. Casualidades de la vida. Llegamos allí y los de Yet2 nos hicieron meter la maleta de mano para ver si cumplía con las medidas exigidas. Las cumplía si la poníamos “pa´rriba”, pero no por un pelo si la poníamos “de lao”, aunque al fin y al cabo podemos considerar como “ancho” y como “largo” la parte que queremos, pero bueno…
Y otra despedida más. La 4ª (la 2ª de mi padre). La vuelta en autobús fue aburrida y triste, como las otras. Al llegar, compré algo aquí abajo, y a las 2 ya estaba de nuevo en mi residencia.
El resto del día estuve ordenando un poco la habitación, descansando y estudiando, que era lo que tocaba.

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